Redacción judicial
En lo que ya ha sido catalogado como la mayor operación antidrogas marítima en la historia moderna de México, efectivos de la Secretaría de Marina (Semar) lograron incautar más de 8.300 kilos de cocaína, interceptar seis embarcaciones —incluyendo un narcosubmarino— y detener a 23 presuntos narcotraficantes que operaban en aguas del Pacífico mexicano, al suroeste del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
Una operación digna de película
El impresionante despliegue, que combinó inteligencia naval, patrullajes marítimos y maniobras aéreas de alta precisión, se ejecutó a lo largo de varios días a comienzos de octubre, pero su impacto fue revelado hasta ahora por las autoridades.
Según el reporte oficial, las embarcaciones pertenecían a una poderosa estructura criminal vinculada a cárteles transnacionales de la droga, y estaban equipadas no solo con cargamentos millonarios de cocaína, sino también con más de 9.000 litros de combustible, destinado a garantizar su regreso tras la entrega del alijo.
Detalles del megaoperativo
El golpe inició cuando unidades navales, con apoyo aéreo de un helicóptero Panther, detectaron la primera narcolancha con tres motores fuera de borda y ocho tripulantes. Al percatarse de la presencia militar, los tripulantes intentaron deshacerse
de los paquetes de droga arrojándolos al mar, pero fueron rápidamente capturados. Se les incautaron 2.105 kilos de cocaína y 1.250 litros de combustible.
Minutos más tarde, se localizó una segunda embarcación, también con tres motores, que llevaba 125 bidones de combustible (5.950 litros) y 49 fardos de droga abandonados en el agua, con un peso estimado de 1.102 kilos.
La tercera lancha, hallada frente a las costas de Guerrero, tenía en su interior 1.200 kilos de cocaína y más combustible.
Pero el momento más desafiante del operativo fue el hallazgo de un semisumergible de 15 metros de eslora, conocido como narcosubmarino. Esta embarcación clandestina, diseñada para evadir radares y vigilancia aérea, transportaba 2.179 kilos de cocaína en 93 bultos. Para interceptarla, los infantes de Marina ejecutaron una maniobra aérea de inserción directa desde helicóptero, un procedimiento de altísimo riesgo que requiere entrenamiento táctico especializado. El abordaje fue un éxito.
Finalmente, las dos últimas lanchas rápidas interceptadas tenían seis tripulantes a bordo y cargaban 1.774 kilos más de droga, junto con 950 litros de combustible.
Cárteles pierden millones
El decomiso total fue de 8.361 kilos de cocaína, un cargamento con un valor aproximado en el mercado negro de más de 250 millones de dólares, sin contar el daño logístico y operativo que representa para los grupos criminales. Aunque las autoridades no confirmaron qué cártel estaría detrás de este operativo transoceánico, fuentes extraoficiales señalan que podrían estar vinculados a redes del Cártel de Sinaloa o el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes tienen fuerte presencia en la costa Pacífica.
Una señal de fuerza
Con esta operación, la Marina mexicana rompe su propio récord, superando la incautación de 7.200 kilos en un operativo similar en agosto pasado. “Este es un mensaje contundente para las organizaciones criminales: el Estado tiene capacidad para rastrear, interceptar y neutralizar sus operaciones marítimas”, señalaron voceros de la Semar.
Los 23 detenidos, las seis embarcaciones, la droga y el combustible quedaron bajo custodia de la Fiscalía General de la República, que ahora investiga si hay nexos directos con rutas hacia Centroamérica, Colombia y Estados Unidos.