Redacción judicial
En una operación histórica, la Armada de Ecuador, a través de sus Guardacostas, interceptó un cargamento de aproximadamente 1.800 kilogramos de cocaína que había sido arrojado al mar por narcotraficantes con la intención de evadir la acción de las autoridades. Este operativo, que se desarrolló 240 millas náuticas al sur del puerto de Manta, en la costa pacífica del país, marcó un hito en la lucha contra el narcotráfico y resaltó la creciente presencia de narcotraficantes internacionales que utilizan el océano para el tráfico de drogas.
Según las autoridades, los narcotraficantes habrían lanzado al agua 45 paquetes de cocaína, que fueron localizados gracias a un sistema de patrullaje rutinario realizado por las unidades de la Armada. Los paquetes fueron acompañados por dos dispositivos GPS que los delincuentes probablemente utilizaron para localizar y recuperar la droga en caso de ser necesario, un método que pone de relieve la tecnología avanzada que emplean los carteles para sus operaciones ilegales. Estos dispositivos, al igual que los fardos, fueron recuperados por las autoridades, quienes, tras una serie de maniobras de rescate, lograron asegurar la sustancia ilícita.
Los tres presuntos narcotraficantes que iban a bordo de una lancha rápida, al notar la presencia de las autoridades, intentaron escapar arrojando la carga al mar, pero fueron rápidamente detenidos. Fueron identificados como ciudadanos ecuatorianos y trasladados a la isla San Cristóbal, en el archipiélago de Galápagos, donde se les
imputaron cargos por tráfico de drogas y actividades delictivas vinculadas con el narcotráfico internacional.
El cargamento de cocaína incautado fue lo que podría considerarse una gran victoria en la lucha contra las organizaciones criminales que operan no solo en Ecuador, sino a lo largo de toda la región del Pacífico. Ecuador es un punto neurálgico en el tráfico de drogas, ya que se encuentra entre Perú y Colombia, dos de los principales productores de cocaína del mundo. En los últimos años, el país ha sufrido un aumento en la actividad criminal, con el narcotráfico como una de las amenazas más graves para la seguridad nacional. La cocaína que se produce en estos dos países generalmente pasa por Ecuador en su camino hacia los mercados internacionales, principalmente en Estados Unidos y Europa.
Este hallazgo también demuestra la creciente sofisticación del narcotráfico en la región. Las lanchas rápidas, a menudo utilizadas por las organizaciones para transportar drogas a través de las aguas internacionales, no solo evaden la detección de las autoridades, sino que también transportan grandes volúmenes de droga a distancias cada vez más largas. Las rutas marítimas se han convertido en uno de los métodos más comunes de tráfico de sustancias ilícitas, ya que permiten a los carteles mover grandes cantidades de cocaína sin la intervención de las fuerzas de seguridad en tierra.
Además de la recuperación de la droga y los dispositivos GPS, las autoridades ecuatorianas también hallaron importantes evidencias sobre el modus operandi de los narcotraficantes. El uso de GPS y otros dispositivos tecnológicos avanzados indica que las redes criminales invierten grandes cantidades de dinero en mejorar sus métodos de transporte y distribución, lo que complica aún más los esfuerzos para combatir el tráfico de drogas.
A lo largo de los últimos años, Ecuador ha intensificado su cooperación con agencias internacionales como la DEA de Estados Unidos y otros países de la región, como Colombia y Perú, para fortalecer sus capacidades de patrullaje y vigilancia en aguas internacionales. La Armada de Ecuador, con el apoyo de la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, sigue desarrollando estrategias cada vez más complejas para interceptar y destruir estos cargamentos de drogas.
En este contexto, las autoridades ecuatorianas han destacado la importancia de continuar con la presión sobre los carteles de narcotraficantes, que han comenzado a tomar cada vez más rutas alternativas, como el mar, para el tráfico de drogas. Estos esfuerzos, sin embargo, requieren una constante innovación tecnológica, así como una colaboración internacional estrecha, ya que los narcotraficantes no solo operan localmente, sino que tienen redes de distribución que se extienden a lo largo de todo el continente.
Este hallazgo se convierte en el primer gran decomiso de cocaína del año 2025 en las aguas del Pacífico ecuatoriano, marcando el comienzo de un año en el que las autoridades se preparan para enfrentar más retos relacionados con el narcotráfico. Las operaciones de interdicción como esta son cruciales para debilitar las estructuras de los carteles, que dependen del tráfico de drogas para financiar sus operaciones criminales y expandir su poder en la región.
La recuperación de 1.800 kilos de cocaína por parte de la Armada de Ecuador no solo es un éxito para las fuerzas de seguridad del país, sino también un mensaje claro para los narcotraficantes: el combate contra el narcotráfico es una lucha constante, y las autoridades ecuatorianas no están dispuestas a ceder en su esfuerzo por proteger al país y sus costas del crimen organizado.