GOLPE HISTÓRICO AL CLAN DEL GOLFO: LES INCAUTAN BIENES POR MÁS DE $30.000 MILLONES EN ANTIOQUIA Y ATLÁNTICO

Por: Redacción judicial

En uno de los operativos más contundentes de los últimos años contra el crimen organizado, el Estado colombiano ha desmantelado una parte clave del emporio económico del Clan del Golfo, una de las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas del país. En total, fueron ocupados 44 bienes muebles e inmuebles, valorados en más de treinta mil millones de pesos, en una operación que dejó claro que la lucha contra el narcotráfico también se libra en los registros de propiedad y no solo en las selvas o el mar.

La Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación y con el apoyo de agencias del Reino Unido, ejecutó este operativo de manera silenciosa pero fulminante. La ofensiva se desarrolló en dos fases que sacudieron los cimientos financieros del Clan, impactando con fuerza los departamentos de Antioquia y Atlántico, epicentros históricos de las rutas del narcotráfico.

¿QUÉ SE ENCONTRÓ? UN CATÁLOGO COMPLETO DEL PODER NARCO

Durante la primera fase, ejecutada en municipios antioqueños como Medellín, Puerto Triunfo, Marinilla, Sonsón, San Pedro de Urabá y Turbo, se ocuparon 30 propiedades, muchas de ellas camufladas como negocios legales o tierras agrícolas. El catálogo criminal incluye 16 lotes, 3 fincas, apartamentos, un local comercial, un sótano, 6 vehículos de gama alta y 2 sociedades comerciales utilizadas para lavar dinero. Estas pertenencias estaban bajo el control de personas cercanas a alias “Ojón”, un narco de alto

perfil extraditado en 2017, conocido por orquestar envíos de cocaína hacia

Panamá y los Estados Unidos.

Pero la operación no terminó ahí. En la segunda fase, la acción se trasladó a la costa Caribe. En Barranquilla, y en zonas del Urabá antioqueño como Necoclí, Carepa y Chigorodó, se incautaron 14 propiedades adicionales, incluyendo 3 fincas, 3 lotes, 2 apartamentos y 6 vehículos más. Estas pertenencias estaban relacionadas con alias “Pueblo”, abatido en 2020, y alias “Reseco”, capturado en 2019. Ambos fungieron como hombres clave en la expansión del Clan hacia mercados internacionales, con nexos sólidos en Europa y Norteamérica.

INTELIGENCIA, TECNOLOGÍA Y COOPERACIÓN: LA FÓRMULA GANADORA

Este megaoperativo no solo es resultado de trabajo nacional. La cooperación internacional, particularmente con agencias del Reino Unido, fue determinante para seguir el rastro de estos bienes. A través de intercambio de información y apoyo técnico, se logró identificar y vincular las propiedades con actividades ilícitas que venían desarrollándose desde hace más de una década.

La estrategia es clara: no basta con capturar a los cabecillas si sus fortunas quedan intactas. Por eso, el Estado ha decidido asfixiar económicamente a las estructuras del narcotráfico. Y este es uno de los golpes más ejemplares en esa dirección.

GOLPEAR LAS FINANZAS: EL CORAZÓN DEL CRIMEN

El general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, fue claro: “Con este nuevo y contundente resultado, continuamos debilitando las finanzas y rentas criminales de esta organización delictiva, producto del narcotráfico, la extorsión y la minería ilícita”.

Y es que el Clan del Golfo, heredero de estructuras paramilitares y con tentáculos en múltiples frentes ilegales, ha sabido mutar, adaptarse y reconstruirse, pero su talón de Aquiles sigue siendo el dinero. Estas incautaciones no solo representan una victoria judicial: también golpean el ego de quienes se creen intocables detrás de camionetas blindadas y fincas de fachada.

¿QUÉ PASARÁ AHORA CON LOS BIENES?

Todos los bienes ocupados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes, que ahora deberán avanzar en los procesos de extinción de dominio, con el fin de que pasen a manos del Estado. El mensaje es claro: la tierra, los carros y los lujos financiados con sangre y coca ya no les pertenecen.

UN MENSAJE AL CRIMEN ORGANIZADO… Y AL PAÍS

Este operativo envía una señal potente no solo al Clan del Golfo, sino a todas las estructuras criminales que creen que pueden vivir del delito sin consecuencias. La justicia los está cercando, no solo con capturas, sino quitándoles el patrimonio.

Y también es un mensaje a los colombianos: el Estado está actuando, y aunque la lucha es larga y compleja, cada finca incautada, cada sociedad ocupada, es una victoria que acerca al país a una paz más real y duradera.

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