La agencia antidrogas de EE. UU. intensifica su cooperación internacional tras las denuncias del presidente colombiano Gustavo Petro sobre la protección de capos del narcotráfico en Emiratos Árabes. Varios países ya han tomado acciones concretas para desmantelar estas redes.
Redacción Mundo y Justicia
Bogotá / Dubái / Rabat: Mayo 22 de 2025
La Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) ha ampliado su ofensiva contra los llamados “narcos invisibles” que han encontrado refugio en Dubái, uno de los principales centros financieros del mundo. El reciente pronunciamiento del presidente colombiano Gustavo Petro, quien denunció públicamente que capos del narcotráfico se esconden en Emiratos Árabes con protección institucional, ha puesto el foco internacional sobre esta ciudad-estado, conocida por su opacidad financiera y falta de tratados de extradición.
“La DEA está trabajando en coordinación con agencias de inteligencia de América Latina, Europa y ahora también en el norte de África”, aseguró a medios un funcionario de seguridad que pidió no revelar su identidad. Según fuentes diplomáticas, Marruecos se ha convertido en un punto clave para rastrear conexiones logísticas y financieras de estas organizaciones criminales.
Las denuncias de Petro que encendieron las alarmas
Durante una rueda de prensa en abril, el presidente Petro afirmó que varios narcotraficantes de alto perfil, incluyendo algunos que figuran en la lista de los más buscados por Colombia, han encontrado en Dubái un “refugio seguro”. Según el mandatario, algunos de estos individuos “operan como empresarios” bajo identidades falsas o con protección de autoridades locales.
Petro también cuestionó los tratados bilaterales y la falta de cooperación judicial entre Colombia y Emiratos Árabes Unidos, lo que —según él— impide capturar y extraditar a estos criminales.
Reacción internacional y primeras acciones
Tras estas denuncias, agencias de seguridad de Estados Unidos, España, Países Bajos y Francia comenzaron a revisar sus propios casos abiertos contra líderes de cárteles vinculados con redes logísticas en Europa y África del Norte.
En España, la Policía Nacional confirmó que se ha reactivado una investigación contra un presunto enlace del Clan del Golfo en Marbella, quien habría coordinado envíos de cocaína desde Colombia con destino a Dubái, utilizando Marruecos como punto intermedio.
Por su parte, las autoridades de Marruecos han empezado a colaborar más estrechamente con Interpol y agencias extranjeras para rastrear el lavado de dinero procedente del narcotráfico. Se han reportado confiscaciones de propiedades y cuentas bancarias ligadas a ciudadanos marroquíes que estarían al servicio de estas redes.
¿Por qué Dubái?
Dubái se ha convertido en los últimos años en un atractivo refugio para fugitivos del crimen organizado por su sistema bancario flexible, su política de visados y la falta de acuerdos de extradición con varios países latinoamericanos. Aunque Emiratos ha firmado memorandos de entendimiento con EE. UU. y Europa, los resultados prácticos han sido limitados.
Expertos en crimen transnacional señalan que los “narcos invisibles” suelen ser operadores de bajo perfil, con acceso a capital legal, pero conectados a redes criminales globales. Su capacidad de moverse entre continentes los convierte en piezas clave en la cadena del narcotráfico internacional.
Lo que viene
Colombia ha solicitado formalmente la renegociación de sus acuerdos judiciales con Emiratos Árabes y pidió a la ONU un debate sobre el uso de paraísos fiscales por parte del crimen organizado. Mientras tanto, la DEA y Europol trabajan en un nuevo mapeo de rutas y alianzas transnacionales que incluiría no solo Marruecos, sino también otros puntos estratégicos como Turquía y los Balcanes.
El cerco comienza a cerrarse, pero las redes de los “narcos invisibles” siguen moviéndose con rapidez. La pregunta es si la cooperación internacional será suficiente para detenerlos antes de que encuentren un nuevo refugio.