Por: Unidad Investigativa
España vuelve a retroceder en la lucha contra la corrupción, ubicándose en el puesto 46 entre 180 países evaluados por Transparencia Internacional, empatando así con naciones como Botsuana, Cabo Verde y Ruanda. Con una puntuación preocupante de 56 sobre 100, España ha bajado diez puestos en apenas un año, despertando alarmas sobre la efectividad de las políticas anticorrupción adoptadas por el Gobierno.
Según Transparencia Internacional, la principal causa de esta caída es la ausencia de estrategias concretas y efectivas contra la corrupción. Destacan el estancamiento legislativo, así como el desmonte reciente de importantes
instituciones dedicadas a combatir la corrupción, como la Agencia Valenciana Antifraude y la Oficina de Prevención y Lucha contra la Corrupción en Baleares, cuya desaparición ha debilitado notablemente el sistema de control público.
La situación ha generado preocupación en la ciudadanía, aumentando la percepción negativa sobre la transparencia institucional en España. Mientras que Dinamarca continúa liderando la lista de los países más transparentes, España queda rezagada respecto a otros miembros de la Unión Europea, evidenciando serias deficiencias en comparación con los estándares europeos.
Ante este crítico panorama, expertos y organizaciones han exigido al Gobierno español medidas inmediatas, incluyendo la reactivación de reformas estructurales, el fortalecimiento institucional y una apuesta decidida por la transparencia y la rendición de cuentas para restaurar la confianza ciudadana y recuperar terreno en la lucha contra la corrupción.
